Arquitectura sensible e inclusiva: la clave para Cartagena 

El equipo multidisciplinario Cartagena ConAgua propuso cinco diseños arquitectónicos para la ciudad que se basan en el reconocimiento de las necesidades y potencialidades del territorio, así como en los saberes de las comunidades. 

La ciudad de Cartagena enfrenta desafíos climáticos que requieren acciones articuladas para enfrentarlos. El programa Water as Leverage Cartagena -Construyendo con el agua-, ha identificado lugares prioritarios de intervención basados en niveles de vulnerabilidad.  ¿Cómo diseñar soluciones arquitectónicas integrales, inclusivas, innovadoras e implementables para Cartagena? Esta pregunta orientó el trabajo del equipo multidisciplinar Cartagena ConAgua. 

Para este equipo, el trabajo no inició simplemente con lápiz y papel para diseñar bocetos. La ruta que siguieron los arquitectos, ingenieros, paisajistas y profesionales sociales tuvo varias etapas. En la primera se ocuparon de estudiar el funcionamiento de los diferentes sistemas de la ciudad, como los ecológicos, urbanísticos, viales, económicos, demográficos, entre otros, para lo cual emplearon herramientas de información geográfica con el objetivo de identificar relaciones entre estos datos: «Empezamos a relacionar capas de información que nos ayudaron a demostrar en dónde está, por ejemplo, la pobreza multidimensional. Con estas capas pudimos organizar e identificar una serie de temáticas que nos permitieron relacionar variables y así pudimos reconocer unas áreas de mayor necesidad», afirma Julián Restrepo, arquitecto líder del equipo. 

La segunda parte del proceso consistió en visitar las zonas que, de acuerdo con la información analizada, debía ser el centro de la intervención arquitectónica. A esto, Restrepo le llama «confirmar la intuición», es decir, visitar los lugares que los mapas señalaron como de mayor necesidad por las condiciones de riesgo, pobreza multidimensional y relaciones entre ecología, ambiente y habitabilidad más complejas: «Nuestro trabajo inicia con la planimetría y la cartografía, pero también hacemos las visitas a los territorios, pues así nos enfrentamos a las experiencias reales, intentamos escuchar a las comunidades, quienes son las que han estado olvidadas desde hace muchísimos años, y en esas conversaciones empezamos a entender otros asuntos que no necesariamente están en las capas de información geográfica», afirma Manuela Mosquera, arquitecta del equipo ConAgua. 

Diseños con perspectiva humana a gran escala

Trabajar en los diseños siguiendo una ruta técnica e inclusiva, en la que se articula el rigor técnico con la empatía y la conexión con las comunidades, es parte de la esencia del programa Water as Leverage Cartagena, pues se plantean intervenciones urbanas sostenibles que respondan a los desafíos del cambio climático en la ciudad.

Aunque en el mundo de la arquitectura ya se trabaja con metodologías participativas, este es uno de los pocos proyectos arquitectónicos en el país que involucra a las comunidades en diseños a gran escala: «Si no se diseña teniendo como enfoque lo humano y lo social desde el principio, se corre el riesgo de diseñar o de modificar territorios e infraestructuras que se quedan en contenedores sin sentido de apropiación, en donde las comunidades no pueden crecer y evolucionar, sino que se quedan como elefantes blancos que nadie quiere», afirma Mosquera.  

Este enfoque holístico le ha permitido al equipo de Cartagena ConAgua proponer diseños que no sólo son funcionales desde el punto de vista técnico, sino que también son socialmente inclusivos, ambientalmente sostenibles y culturalmente relevantes para las comunidades locales. El equipo reconoce que la falta de consideración de las comunidades y de sus necesidades particulares pueden llevar al fracaso proyectos de infraestructura, incluso cuando funcionan técnicamente, debido a que pueden no responder a las problemáticas reales que viven las personas y, por lo tanto, no logran ser apropiados.

¿Cómo diseñar soluciones implementables e innovadoras?

Hacer partícipes a las comunidades fue la metodología principal para formular proyectos de infraestructura que no deshumanizan las problemáticas sociales. Por ello, como principios de diseño se consideraron: el agua como fuente de oportunidad, las necesidades de las comunidades, el paisaje y naturaleza, la infraestructura multipropósito y la reutilización de las obras existentes. 

«Reconocemos que Cartagena tiene obras importantes, por eso nos preocupamos por construir sobre lo construido; en nuestros procesos de diseño tratamos de reutilizar lo existente y realmente encontrarle valor a lo que ya está. Así podemos generar las acciones más fuertes con la menor cantidad de recursos. Reconociendo lo difícil que es lograr la materialización de este tipo de proyectos en Colombia, buscamos ser muy innovadores en ese aspecto y tratamos siempre de trabajar con lo que tenemos a la mano, sin necesidad de gastar una cantidad adicional de recursos ni transformar radicalmente los territorios», afirma Mosquera.

Aunque los diseños representan un desafío, el equipo afirma que la mayoría de las comunidades están dispuestas a participar en la implementación del proyecto y reconocen en este una oportunidad para adaptarse a los desafíos ambientales y sociales, como la contaminación y las inundaciones: «Hemos encontrado más reacciones positivas que negativas y en una proporción altísima; el nivel de consciencia de las comunidades es mucho más alto de lo que la gente cree», afirma Restrepo. 

Sin embargo, también se reconoce que hay resistencias que son justificadas, debido a que se ha dicho mucho, pero se ha consolidado poco en el pasado. «Una obra de infraestructura no puede resolver todo, eso es una realidad; pero escuchar a las comunidades y diseñar a partir de esa conversación sí puede conseguir mejoras incrementales sobre el territorio, y eso es lo que nosotros queremos hacer, porque de esta manera sí se logra la apropiación y se evidencian los beneficios para las comunidades y sus territorios», apunta.