Revitalizar los cuerpos de agua de Cartagena no sólo favorece la adaptación climática, sino que además puede transformar la movilidad urbana y dinamizar la economía local. Uno de los objetivos de los diseños de Water as Leverage Cartagena – Construyendo con el agua– es recuperar la histórica relación de la ciudad con el agua, proponiendo un futuro en el que esta vuelva a ser el corazón de la vida cartagenera.
Los equipos multidisciplinarios de Water as Leverage Cartagena han estudiado la forma en la que discurre el agua por la ciudad y la relación histórica de las comunidades con los canales, los arroyos, la ciénaga y el mar. A partir de la investigación, la revisión documental y el diálogo con las comunidades, se plantearon diseños innovadores para que los cartageneros recuperen su cultura anfibia y se reapropien del agua como el elemento central de su economía y de su cultura.
Jeroen Klooster, líder del equipo ConAgua, considera que «los diseños propuestos por Water as Leverage también se enfocaron en contribuir al desarrollo económico de las comunidades. Por eso, hemos definido tres temas transversales: transporte acuático, reúso de material de relimpia de canales y aprovechamiento del residuo plástico».
Restaurar ecosistemas y la movilidad de Cartagena
Justamente, en esa comunicación permanente con la comunidad, una de las problemáticas que manifiestan los habitantes de la ciudad es la congestión vehicular y la falta de vías adecuadas en Cartagena. Por ello, algunos de los diseños se enfocan en la recuperación de los canales más allá de las ventajas ambientales, pues posibilitarían un sistema de transporte acuático y nuevas oportunidades de empleo, además de reducir los costos de transporte al conectar a las comunidades con los canales como vías de acceso, una alternativa que fue identificada a partir de los talleres sociales realizados durante la Fase 1 del Programa.
Al respecto, Adriana Bermúdez, bióloga del equipo Raíces de Cartagena, explica: «la ciudadanía recuerda esa Cartagena donde podía tomar una lancha e ir desde el mercado de Bazurto hasta Manga sin ninguna restricción. Pero ahora sí la tienen, por eso se debe procurar retomar la tradición acuática, recuperando esos cuerpos de agua y que no se vean como una amenaza sino como una ayuda para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos».
Leonie Koenders, integrante del equipo interdisciplinario ConAgua, expone: «la necesidad de retomar el transporte público acuático surge de las conversaciones con las comunidades; en los talleres que realizamos, los diferentes participantes explicaron que, a lo largo de la historia de Cartagena, ha habido un vínculo muy fuerte en el uso de canales como medios de transporte público, así que es un tema transversal a los diseños. Con los diseños propuestos damos un impulso para conectar el pasado de Cartagena con el posible futuro de la ciudad en cuanto al mejoramiento del transporte acuático».

De material de desecho a materia prima
Convertir los canales en nuevas vías implica su habilitación, es decir, remover los sedimentos que están presentes en ellos y en otros cuerpos de agua como la Ciénaga de la Virgen o el Canal Juan Angola, por lo cual, otras de las alternativas económicas que se formulan con los diseños de Water as Leverage Cartagena son el barrido y la relimpia, procesos que no sólo facilitarían su restauración ecológica y fluvial, sino que también abrirían las puertas para que el material recolectado pueda ser aprovechado, por ejemplo, en la fabricación de bloques para el sector de la construcción, o convertido en geotubos, estructuras de gran tamaño para la defensa de la línea costera contra inundaciones, hechas con materiales permeables que, normalmente, se llenan con arena o lodo y luego se deshidratan para formar una estructura sólida y estable. Su uso es una opción sostenible y eficiente dado que los materiales contenidos en los geotubos pueden provenir de fuentes como el barrido y la relimpia de los cuerpos de agua, y el proceso de instalación suele ser menos invasivo con los ecosistemas marinos.
En Países Bajos, por ejemplo, ya se construyen diques con el material de dragado. A propósito, Jeroen Klooster declara: «tenemos claro que la cantidad del material de barrido y relimpia no será un problema, hay suficiente material para usar; sin embargo, es necesario estudiar la calidad del material porque eso define las aplicaciones posibles, por ejemplo, usarlo en la construcción de geotubos no sería un problema porque son sistemas cerrados. Conocer qué tipo de sedimento es será posible con estudios de prefactibilidad en la fase 2 de WaL».
Otra alternativa para dinamizar la economía a partir de los diseños propuestos por el Programa es la reutilización de plásticos recuperados en el barrido y limpieza de los cuerpos de agua, un incentivo para el sector del reciclaje y para nuevas empresas que, mediante el tratamiento de los plásticos, puedan fabricar bloques para la construcción de andenes peatonales, viviendas o en otras obras a mayor escala.

Los diseños preliminares presentados por el Programa están enfocados en atender los desafíos del cambio climático y, además, en reducir los costos de la atención a los desastres como los causados por fuertes lluvias. Adriana Bermúdez destaca que «iniciativas como estas – proteger el frente costero, hacer una relimpia y mantenimiento de los canales– reducen los gastos que debe destinar la administración local para la atención de medidas de mitigación del riesgo o de compensación del riesgo. Cuando ocurre una inundación, la ciudad termina volcando muchos más recursos de los que se invierten en proyectos como estos, en la atención de las personas que se ven afectadas por inundaciones; eso pocas veces lo cuantificamos, pero realmente es un aporte significativo para la atención de estas emergencias», concluye.
Implementar estos proyectos permitirá que la ciudad obtenga herramientas para enfrentar los desafíos del cambio climático de manera efectiva, disminuir significativamente los costos asociados a la atención de desastres naturales y generar nuevas fuentes de empleo con el fin de conservar la vocación y la tradición acuática de los cartageneros en el aprovechamiento de los beneficios que les ofrece el agua.